El porqué de los besos...

Puedo entender el gusto por el sexo. Todo aquel que lo haya practicado con un mínimo de agrado sabe de lo que hablo. El placer por lo genital… Es algo obvio que hacemos porque en ellos vemos recompensados nuestros actos.

Sí, hablo de la recompensa de pasarse noches sin dormir (noches que curiosamente puede que sean demasiado cortas…) La recompensa de jugar con nuestras manos hasta que ya no puedan más… De sentir un calor que va más allá de lo físico; que te invade, que te enloquece… De que el corazón tenga vida propia y que desgraciadamente no vas a ser capaz de separar tu cuerpo del otro hasta que todas estas acciones se vean recompensadas por ese más o menos intenso y prolongado:

Mmmmmm…………………

Pero; ¿para qué ese gesto de humedecer unos labios que no sean los tuyos? ¿Para qué acabar juntando sendos labios y terminar trazando una bonita imagen con el perfil de los dos dibujando un corazón?

Tenemos la necesidad de probar en nuestra boca otro cuerpo, otro sabor que no sea el nuestro. La adrenalina que sube y baja por tu cuerpo cuando vas a experimentarlo… Ese beso puede significar tantas cosas… O puede también no significar absolutamente nada. Beso casto, beso descontrolado, beso a mordiscos… Puede ser el principio de algo o puede ser un “nunca más”… A veces son una forma de liberar tensión sexual, otras en cambio, sólo la forma más fácil de desatarla por completo.

 Nos pasamos la vida dibujando corazones. 

Al final va a resultar que somos artistas intentando encontrar un buen lienzo para nuestros dibujos…

 B.