Peligro de expresión

Repetir del tiempo cuando
pasa ahogando los silencios de entre 
manillas que no coligan.
Correr saliendo de la entrada de 
cada momento ínfimo -sin in-
finito.

Solo boscaje arrasado pendiente
de puntos sin plano largo -
metraje. Detalle
egológico.

Se pueden tres (-)
por cada uno 
que no reci- tás.
Aquel-yo 
en peligro de extinción.

C'est comme ça

simplement 

dans cette galaxie

de taches

où on atterrit

avec la juste distance

pour faire nous devenir deux fois feu

et une seule fois fous

fous de joie

fous à lier

tout seuls fous

l’un l’autre.

Cuando

Las personas tienen cada una su coda. Su parte final cambiante que reestructura todo este código social. XL-whole package de última generación y onda natural des-cara-lavado. Los últimos serán los primeros, porque el futuro siempre está detrás. Porque el (h)-ado, siempre, llama dos veces. Una por lo que fui, y otra por lo que no pude ser. Me gusta pensar que el verde despuntado arropa cuando la oscuridad destapa; que los abrazos se dan en el regazo y que las palabras quedan a corta distancia, salvable de conocimiento de más. Y esa ceguera blanca que nos han hecho querer más que a nosotros mismos permanece inmaculada, justa y perpetua, como nunca debió ser,

sea

Mucho más de post- Poco menos de pre-

Fueron mis primeros días felices,
o eso dicen mis recuerdos,
que miran margen superior izquierdo
o derecho inferior... Qué más da.
Todos sabemos mentir mucho, más y
mejor.
Las tardes tempranas de un sol bipolar,
que encendían toda posibilidad 
de todo en cuestión de minutos.
Mi pelo también se mojaba con el
sol. Aquella luz. Poco a poco
se fue tornando rojiza, violeta,
de un resplandor precioso que
aún lo emborrona todo con manchas,
tras las pestañas que, aún,
guarda esa pasta residual
en el límite de los ojos. Ese
resquicio de historia colonial,
también de barcos y edad de oro,
que se pronuncia en ruidos glotales que,
sigue estampando su marca
en estas letras tan post-
realidad.
Por alguna razón, esa luna me
rodea con todos sus ojos, me cuida,
me rompe y me (re)-recrea.