Déjame pensar sólo un segundo.
Un momento a solas con mi cabeza y con eso bastará para darme cuenta de que ese hueco que tenías se está llenando de agua. Las calles del “no sé, pero me está pasando contigo”.
Las aceras de balones, con canastas en las paredes, con algo de comer, de queso congelado que metíamos al horno antes de comernos los labios.
Las aceras de balones, con canastas en las paredes, con algo de comer, de queso congelado que metíamos al horno antes de comernos los labios.
Ese rincón ahora
es mío.
Otra vez. Sólo te quedan los envases de plástico aquellos donde metías…
Eso tan tuyo y que en ciertos momentos,
era mío.
B.
Muy intenso, precioso, Blanca. Cojonudamente bueno :)
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