Tuesday, 18 February 2014

Sentido único




A la izquierda,
se encuentra en constante lapidación de su dirección natural
pero enmudece como corazón en piel de timidez aventurera.
Norma de la que se exige el adecuado cumplimiento en partes 
iguales al sonido que deja el humo al hacerse frío y seco
como todo ese whisky en botellas que nunca he vaciado.

Recta,
de la que, por supuesto, no se debe olvidar su obligatoria ejecución 
aún más cuando deja el rastro en uñas, boca y crines de extraña raíz.
Que no se pueden echar de menos los muros que no dejan de caerse
una y otra vez. Y la rotura de su forma se debe precisamente al
efecto de calor amoratadamente no exacto y con mordiscos de malva violencia.

Más adelante y pasado ese coche gris,
el rojo jugará a ser rosa, y las letras a no ser limpias. Pero sí afiladas, 
para que apunten todo con simple y cortante agudeza; incisiva, tajante, puntiaguda y sutil.
A la espera de cualquier otra indicación, ellas continuarán por el atajo de los párpados
que se aliaron con la mente. Ahora bien: se recomienda en este viaje no dormir 
para no dejar de soñar nunca.




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