Muse
Turbadora
la Gran Vía cuando
te
pide entrar por la ventana del
hostal y
repentinamente somos seis
horas de paredes burdeos
de
ardernos como a las mil maravillas de
hacernos
un nudo de extremidades
sin sueño.
Disipas
mis dudas cuando me revives
por
dentro. Abrázame.
Nosotros
no somos así.
Nosotros
ya
no somos de este mundo. Nunca más.
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