La
realidad existe donde haya siempre un
lugar
que pueda hacerse nuestro. Mío. Y
que
nos rompa por dentro tantas veces
más
como ya nos hemos pegado, y el de
terminismo
trascienda a no serlo más. Y
las
veces que he hecho de cama, de suelo...
De
almohada repleta hasta arriba, hinchada
de plumas
que ya no saben volar, porque
nunca
pudieron ser alas.
Estabilidad
para-dos en un puente tibetano
amurallado
chinesco, implacable y desacostumbrada
ante mi cascada
de piedras parlantes. Las toco. Las
huelo, las pierdo perdiéndome siempre que las alcanzo.
huelo, las pierdo perdiéndome siempre que las alcanzo.
He leido "pidieron" en lugar de "pudieron", por accidente.
ReplyDeleteHay dos caminos que derivan en muchos otros pero que empiezan en dos: exigir la realidad y realizarla transformándonos o descubrir la inanidad y deslizarnos a un punto donde contemplarla.
Me ha gustado mucho el vuelco de los últimos versos. Pierdes lo que tocas, te pierdes al perderlo y, sin embargo, es lo que lo hace real.